(Pr)Incipios de la R/evolución Metahumana

EL GIRO METAHUMANO – LA ALTERNATIVA METAHUMANA – LA TRANSICIÓN METAHUMANA

(Extracto y traducción modificada de textos publicados aquí, y en otras publicaciones de próxima aparición) [1]

 

¿QUÉ ES EL METAHUMANISMO?

El metahumanismo es una filosofía y pragmática cuyos conceptos y prácticas han sido elaborados por Jaime del Val desde 2002, y que fueron condensados en el escrito Metahuman de 2009 (ver referencias abajo), y más tarde en el Manifiesto Metahumanista (ver más abajo) de 2010 coescrito con Stefan Lorenz Sorgner, conceptos que han ido evolucionando enormemente desde entonces en la propuesta de Jaime del Val que se presenta en toda su amplitud en el libro Ontohackers como Filosofía del Movimiento Radical. Para una genealogía de los conceptos del manifiesto Metahumanista ver este escrito.

El metahumanismo es una filosofía y pragmática que propone una crítica radical y una alternativa radical al humanismo y a los fallidos procesos civilizatorios que están provocando una extinción masiva y un suicidio de especies durante los últimos 10.000 aprox. desde el nacimiento de la agricultura (pero con raíces de 3 millones de años en el bipedismo). Esto implica una crítica radical de todas las formas de excepcionalismo y supremacismo humano, y su evolución actual como un hiperhumanismo/transhumanismo/trash-humanismo. También cuestiona la forma en que la mayoría de las corrientes posthumanistas críticas aún perpetúan en parte y son cómplices del supremacismo humano, y promueve una alternativa radical de mutación de la especie hacia una regeneración planetaria que va en dirección diametralmente opuesta al transhumanismo. (Jaime del Val se opone a la idea de que el metahumanismo está “entre” el transhumanismo y el posthumanismo o reúne aspectos de estos, como propone, por ejemplo, Sorgner).

El metahumanismo se asocia a una filosofía/política radical del movimiento que afirma la indeterminación del movimiento, una ontología relacional de lo abierto. Se opone a relatos de autonomía individual y de control y dominación tecnológicos defendidos por el supremacismo humano, incluidas las corrientes transhumanistas, cuya voluntad tecnopositivista de control y dominación ignora la devastación radical a escala planetaria sobre la que se basan las fantasias dominación y autonomía y sus promesas de falsa libertad y pluralidad.

El metahumanismo se basa en los múltiples significados del prefijo meta- en griego, un prefijo utilizado de manera constante en la filosofía y la práctica de Jaime del Val desde 2002, que implica tanto relacionalidad/simbiosis como mutación/devenir. Similar al superhombre de Nietzsche, se trata de engendrar una nueva sensibilidad que supere la inversión de los valores de la Naturaleza simbiótica que se ha vuelto dominante en los últimos 10.000 años. Se vincula con la propuesta de la metaformatividad de Jaime del Val como una pragmática para la indeterminación del movimiento-percepción.

El metahumanismo se opone a toda trascendencia, a toda negación del movimiento, del cuerpo y de la Tierra, y a toda forma de dominación, y se opone a la cooptación del prefijo meta- por parte de la corporación Meta, el Metaverso o los superhéroes mutantes llamados Metahumanos: todos ellos expresión de una voluntad de trascendencia, una voluntad nihilista de dominar, cuantificar y negar el devenir simbiótico. El metahumanismo se opone a cualquier tendencia a cuantificar, ya que implica reducción y determinación. El metahumanismo reivindica el papel central de la indeterminación relacional en la vida y la evolución. Va así en sentido contrario al “Metaman” de Gregory Stock, ya que el superorganismo planetario que emerge como humanos y sus sistemas componen un nuevo tipo de cuerpo hiperconectado, ignorando la extinción masiva que implica este proceso. La vida siempre fue planetaria, desde la aparición de las bacterias hace 4 mil millones de años, creando redes planetarias de mutación bioquímica sin programa que subyace a la biodiversidad en evolución, esta es la apertura que necesitamos recuperar.

El metahumanismo solo resuena parcialmente con las propuestas de un “Metahumano” como las Deepak Chopra o Paul Solomon que desde una perspectiva más mística, espiritual o curativa enfatizan la idea de liberar nuestro potencial superando las limitaciones impuestas por un tipo racional de mente consciente, mientras se aferran a conceptos de conciencia que implican aún grados de antropocentrismo e ignoran la extinción que causamos.

El metahumanismo implica tanto dejar de ser la plaga de la Tierra como desarrollar el potencial infinito que tenemos: superar las limitaciones de milenios de paradigmas civilizatorios que crean una extinción masiva en un mismo acto en el que atrofian los cuerpos y empobrecen la experiencia y las potencialidades. Los mismos regímenes o sistemas que están provocando una extinción masiva y un colapso planetario son los que coartan nuestro potencial como cuerpos en movimiento. No se pueden aceptar fantasías humanas de libertad que ignoren la devastación a escala planetaria causada por el supremacismo humano. Se necesita una inversión completa de valores y percepciones: el desafío más profundo jamás enfrentado por la humanidad y el mayor desafío evolutivo en la historia de la Tierra. Esto es lo opuesto a los sueños transhumanistas tecnofascistas de dominación. El metahumanismo implica dejar de ser humano, mutar como especie, recuperar una perdida capacidad de variación y simbiosis con el mundo, y hacerlo sólo cultivando el clinamen: la mínima, continua e indeterminada variación en movimiento: la más alta tecnología de la naturaleza. A diferencia de los transhumanismos transespecie, el metahumanismo se opone a transformaciones que impliquen costosas tecnologías que reproducen una voluntad de control, en cambio promueve la mutación por la variación en la percepción-movimiento, hacia una mayor indeterminación: la apertura simbiótica.

El metahumanismo es (como se mencionó anteriormente) la inversión del hiper-/trans-/trash-humanismo que es la plaga y la enfermedad de la Tierra. En cambio, el metahumanismo radicaliza gran parte del posthumanismo crítico (que a menudo sigue siendo demasiado humanista), y resuena con propuestas recientes como el ahumanismo de MacCormack, pero con algunas diferencias (ver nota al pie aquí sobre esto). El metahumanismo busca superar las limitaciones de un posthumanismo crítico (y de algunos compostistas y hummussistas) que, por ejemplo, al asumir una diferencia entre bios y zoe, y la dependencia de la política en un bios investido discursivamente, reafirma una propuesta antropocéntrica, verbocéntrica, logocéntrica y discursiva de lo humano, definido por una cierta naturaleza basada en la narrativa y la semiótica verbal-racional, reafirmando así también cierto esencialismo, limitación que necesitamos superar urgentemente con una r/evolución propioceptiva no verbal. También busca superar ciertas posturas antihumanistas como la de Michel Foucault que igualmente plantean la inevitabilidad de las matrices discursivas basadas en reglas como única fuente de la política, cuyo exterior sólo es pensable desde el interior de las mallas discursivas, reafirmando así una cierta distinción esencialista entre lo humano y lo no-humano. Estas posturas, aunque importantes, se basan en conceptos erróneos milenarios sobre el movimiento y la indeterminación. El metahumanismo propone un giro hacia una Filosofía Radical del Movimiento que busca superar estas limitaciones, involucrando un movimiento radicalmente neurodiverso y metaespecie hacia una política más allá del discurso-centrismo.

El reclamo de indeterminación del metahumanismo implica además que todo el paradigma monotécnico dominante de cuantificación que emerge desde el nacimiento de la agricultura es intrínsecamente reductivo y determinante, de ahí su efecto devastador, por lo tanto, el metahumanismo reclama la invención de paradigmas tecnológicos radicalmente nuevos que se basan en las muy superiores (porque más indeterminadas) tecnologías de la Naturaleza, hacia, no sólo una tecnodiversidad como propone Yuk Hui, sino un tecno-indeterminismo.

El metahumanismo radicaliza y lleva más allá los posthumanismos queer, crip, descoloniales y animlaistas veganos al proponer que el proceso civilizatorio de los últimos milenios y su construcción asociada del humano capaz, neurotípico, racional, centrado en el discurso, heteronormativo, binario, es una anomalía cósmica y un fracaso radical que hay que superar, asumiendo el movimiento de variación de la Naturaleza mutante, transformando la percepción.

EL METAHUMANISMO EN POCAS PALABRAS

El metahumanismo lleva el posthumanismo crítico en la dirección de una ontología relacional del devenir que afirma la indeterminación, la pluralidad, la hibridación, la variación, el movimiento y el cuerpo contra el control y la dominación, contrarrestando así radicalmente los principales paradigmas humanistas y transhumanistas.

El metahumanismo es, según Jaime del Val, una filosofía y pragmática que enfatiza el papel central de la indeterminación y la variación en la percepción del movimiento para el florecimiento de la vida y la evolución y propone una crítica radical de los regímenes que han cercenado esa apertura durante los últimos milenios, de la supremacía humana en la Tierra, desencadenando una extinción masiva. El Metahumanismo promueve una ontología-ética de la indeterminación relacional al renovar la comprensión del todo como relaciones de movimiento y propone pragmáticas para recuperar la apertura en los cuerpos y con ella la Salud Planetaria.

  1. Del Val, Jaime del. 2021.  “The Dances of Becoming and the Metahumanist Manifesto. Its genealogy, evolution and relevance 10 years after.” InPosthuman Studies Reader. Core readings on Transhumanism, Posthumanism and Metahumanism. Evi D. Sampanikou, Jan Stasienko Eds. Basel: Schwabe Verlag –  https://schwabe.ch/9783796541933/posthuman-studies-reader  –https://issuu.com/schwabeverlag/docs/9783796543180_lp
    1. An extended version of this writing can be found here: https://metabody.eu/metahumanist-manifesto-10-years-after/
  2. Val, Jaime del. [2009] [2016] 2021 “Metahuman: Post-anatomical bodies, Metasex, and the Capitalism of Affect in Post-posthumanism”. (see below for previous editions). Reprinted in 2021 in Posthuman Studies Reader. Core readings on Transhumanism, Posthumanism and Metahumanism. Evi D. Sampanikou, Jan Stasienko Eds. Basel: Schwabe Verlag  – https://schwabe.ch/9783796541933/posthuman-studies-readerwww.reverso.org/texts/DelVal-2016-Metahuman–Belgrade-2009.pdfwww.reverso.org/texts/DelVal-2016-Metahuman–Belgrade-2009-corr.pdf
  3. Del Val, Jaime and Stefan Lorenz Sorgner. 2011. A Metahumanist Manifesto.”  published:
    1. 2010 online at metahumanism.net in English.
      1. with translations in Spanish– German – Greek – Romanian – Serbian –Turkish
    2. 2011 in The Agonist IV, Issue II, Fall. New York: Nietzsche Circle [e-journal] [online] Available at: http://www.nietzschecircle.com/AGONIST/2011_08/METAHUMAN_MANIFESTO.html
    3. 2014 in Cynertart Festival catalogue, Dresden. In German.
    4. 2015 in the Metabody Journal, Madrid
      1. Spanish: reverso.org/texts/DelVal-2010-Manifiesto-metahumanista–Metabody-Journal-2015.pdf
      2. English: reverso.org/texts/DelVal-2010-Metahumanist-manifesto–Metabody-Journal.pdf
    5. 2017 in: Sampanikou, E. (ed.): Audiovisual Posthumanism. Cambridge Scholars Publishing, Newcastle upon Tyne, 2017, 9-13. https://www.cambridgescholars.com/product/978-1-4438-8177-7
    6. 2021 in: Posthuman Studies Reader. Core readings on Transhumanism, Posthumanism and Metahumanism. Evi D. Sampanikou, Jan Stasienko Eds. Basel: Schwabe Verlag –  https://schwabe.ch/9783796541933/posthuman-studies-reader  –https://issuu.com/schwabeverlag/docs/9783796543180_lp

DECÁLOGO METAHUMANO

Deja Facebook, hazte vegana, hazte homosexual… y baila cada día!… Esta sería la fórmula muy resumida, pero la propuesta es más compleja e interesante.  Se trata de principios incipientes: incipios para un movimiento de variación, radicalmente anti-dogmáticos, pero sin concesiones al supremacismo humano y sus falsas libertades que se basan en la destrucción sistémica.

… Crear y diseminar prácticas, y entrenar agentes, para una mutación de la especie, antes de desaparecer como recolectora desnuda en un bosque, bailando hasta que llegue la muerte…

La R/evolución Metahumana implica, a la vez:

  1. DEJAR DE SER LA PLAGA DE LA TIERRA y
  2. DESARROLLAR EL INFINITO POTENCIAL DE LOS CUERPOS:
    1. superando las limitaciones del modelo civilizatorio milenario que crea una extinción en masa a la par que atrofia los cuerpos;
    2. proponiendo una enmienda a la totalidad, una impugnación sin paliativos del proceso civilizatorio de los últimos milenios, pero sin volver atrás, promoviendo una mutación de laespecie efectuada desde la más ínfima variación en cada cuerpo;
    3. promoviendo una huelga de especie y género: dejando de ser humanos que se distinguen y multiplican dominando: mutar como especie recobrando una capacidad perdida de variación y simbiosis con el mundo, y hacerlo solo variando el movimiento (no con costosas técnicas trash-humanas que contribuyen a la extinción y nos atrofian);
    4. activando una nueva sensibilidad Dionisíaca, más que humana, extática, de la danza vital, del devenir y la simbiosis, de la afirmación de este Cuerpo y esta Tierra, contra toda trascendencia, recobrando un goce de la variación, la indeterminación y el movimiento; una inteligencia más alta (que la racional reductiva), una inteligencia neurodiversa que comprende que la vida es variación y simbiosis.
    5. con una afirmación de lo abierto donde la libertad no es individual sino relacional, donde se trata de entender como la falsa libertad individual de los sujetos humanos privilegiados en las civilizaciones recientes implica esclavitud y destrucción sistémicas sin precedentes: extinción en masa y sucidio como especie.

(Pr)Incipio:

  • Enferir/hacer enferancia:  variación indeterminada interna y relacional, sostenida, resistente a movimientos impuestos y reducciones, desalineándose de reducciones dominantes. (Enferancia es un concepto de la Filosofía Radical del Movimiento desarrollado por Jaime del Val aquí.)

Doble movimiento (y quince anti-mandamientos):

  1. Dejar de ser la plaga de la Tierra.
    1. Desmontar el supremacismo humano.
    2. Reconocer fracaso evolutivo.
    3. Parar la reproducción del humano.
    4. Parar el holocausto planetario.
    5. Abrazar el veganismo radical.
    6. No imponerle a otros tu movimiento.
    7. Cuidar ahora esta tierra y este cuerpo.
  2. Desarrollar el potencial del cuerpo.
    1. Recobrar la capacidad de sentir.
    2. Practicar la mutación simbiótica.
    3. Moverse siempre en mínima variación.
    4. Crear expresiones neurodiversas.
    5. Modos de pensamiento no racional.
    6. Crear más relaciones no verbales.
    7. Desalinearse de lo reductivo.
    8. Activar resistencias sistémicas.

También se puede condensar en tres movimentos: Mutar, desalinearse, resistir.

  1. Reconocer el fracaso evolutivo y deshacer todo supremacismo humano, promoviendo un cambio radical de modos de vida y una mutación profunda de la especie a través del movimiento.
  2. Recobrar la capacidad de sentir como cuerpos en movimiento, desarrollando nuevas artes no reductivas de la existencia como simbiosis y variación, desalineándose de tecnologías empobrecedoras, desatando el infinito potencial del cuerpo.
  3. Promover el veganismo radical y sexualidades anti-reproductivas, reduciendo radicalmente la población y dejando de ser la plaga de la Tierra, activando resistencias sistémicas en todos los órdenes.

(Pr)Incipios – La R/evolución Metahumana propone:

  1. Reconocer sin paliativos que los últimos 10.000 años de “progreso civilizatorio” son un fracaso evolutivo radical que ha desatado una extinción en masa y un suicidio como especie, el peor crimen cósmico posible, y de redefinir toda política desde la perspectiva de la salud planetaria (del planeta, sus formas de vida, sus flujos y ciclos), considerando las condiciones mínimas imprescindibles para frenar el actual proceso de extinción en masa que arrastra al planeta y sus formas de vida, incluido el humano a un ciclo sin precedentes de extinción, y dejar de mirar para otro lado con parches paliativos.
    1. Desmontar todo supremacismo humanista y todo privilegio.
    2. Reconocer la anomalía geológica del proceso surgido al menos desde el comienzo de la agricultura, y el fraude que ha supuesto, habiendo empeorado radicalmente la calidad de vida de las sociedades de recolectores (como reconocen James Suzman, Y. N. Harari y muchos otros) , y habiendo favorecido una multiplicación delirante de la especie y unas formas de esclavitud y dominación nunca vistas que han creado una extinción en masa.
    3. Reconocer que la falsa comodidad sedentarista es una atrofia evolutiva que crea un cuerpo atrofiado dependiente de sistemas insostenibles que colapsan el plantea y nos llevan a la extinción.
    4. Quienes contribuyen a la masacre de la extinción son Nazis de un Holocausto Planetario. A ellos les proponemos una toma de conciencia y un Protocolo de Desnazificación, de desmontaje de todo supremacismo humanista, una terapia ontológica.
    5. No hay naturaleza humana, todo intento de definirla es parte de un supremacismo que nos lleva a la extinción: se trata de recobrar la capacidad de variación.
    6. Reclamar que la evolución es ante todo mutación y simbiosis, como proponen Lynn Margulis y muchos otros.
    7. La mutación (tecno-epi-filogenética) acontece variando el movimiento-comportamiento: hacia una mayor indeterminación.
    8. No se trata de volver atrás: se trata de desarrollar una creatividad evolutiva nunca vista, una mutación de la especie en toda la regla, a través del cuerpo en movimiento, recobrando y llevando más allá la capacidad de simbiosis y variación, en mutaciones nunca vistas.
    9. Y de hacerlo YA, tenemos unas décadas antes del colapso y el desalineamiento lleva tiempo, es un proceso gradual… ¿Qué precisamos activar de aquí a diez años?
  2. Recobrar la capacidad de sentir como cuerpos en movimiento, desarrollando nuevos modos y artes de la existencia, modos experimentales no racionales ni reductivos de percepción, pensamiento y relación. Redescubrir y reinventar la propiocepción (el sentido del cuerpo de su movimiento por el que un cuerpo siente el mundo en el mismo movimiento fluctuante en el que se siente a sí mismo) y la integración multisensorial, frente a la dominación de la visión; y desarrollar la IC, Inteligencia Corporal: el movimiento auto-organizado del campo propioceptivo y su capacidad de variación. Evitar el sedentarismo y la falsa comodidad, y los alineamientos culturales que limitan el potencial de variación de la vida. Desarrollar el potencial infinito del cuerpo-movimiento relacional (no de la “consciencia” ni del individuo, como se propone en tradiciones místicas)
    1. Desarrollar inteligencias neurodiversas descoloniales y mestizas no categorizantes ni formalizantes, potenciar la comunicación no verbal, el co-sentir neurodiverso en lugar del consentimiento verbal y racional. Este es el giro fundamental para salir de milenios de atrofia evolutiva de un cuerpo inmóvil y excesivamente autoconsciente que ha potenciado la visión a la distancia, separándose para dominar, y expandiéndose en todo el planeta, destruyéndolo con la 6ª Gran Extinción en Masa, la primera creada por una especie de la tierra, el peor crimen cósmico posible ignorando que con ello camina al suicidio como especie y desmontando la atrofia evolutiva de un sedentarismo que se nos ha vendido como falsa comodidad.
      1. La Filosofía Radical del Movimiento redefine todo, los cuerpos y mundos que somos, como campos informes e indeterminables de fluctuación con infinita capacidad de variación que puede desatarse con técnicas de improvisación: la mínima variación sostenida. Esto implica cultivar la neurodiversidad de cada cuerpo y los modos de pensamiento y relación que no privilegian la racionalidad ni la verbalidad: relaciones co-sintientes en vez de consentidas, promoviendo la indeterminación comportamental. Las reglas surgen de la atrofia evolutiva, cuando perdemos a capacidad de sentir y variar el movimiento. La propiocepción permite una anarquía radical, recobrando la sensibilidad: una ética radical de los cuidados simbióticos como mutación colectiva. No es cuestión de cantidad de movimiento, sino de la mínima variación en nuestro enjambre de 360 articulaciones: una propuesta anticapacitista radical.
    2. Desarrollar prácticas corales, de cuerpos en movimiento, del cuerpo común y el metacuerpo, de improvisación, memoria, socialidad y educación, de anti-trabajo como juego y economía de la variación, contra el utilitarismo y la teleología, coros planetarios para una política dionisíaca, campos rítmicos de cuerpos en movimiento que contribuyan a la creatividad de los ecosistemas. Una r/evolución no verbal de coros: cuerpos nómadas en movimiento y desalineamiento, no de asambleas ni de parlamentos. Crear nuevas pluralidades indígenas (no coloniales, ni imperiales, ni estatales) asociadas a ecosistemas y flujos terrestres, para comunidades por venir. Desarrollar un arte dionisíaco de la existencia: de la mutación simbiótica y extática, contra la cultura espectacular y auto-referencial que solo da voz a las obsesiones y miedos del humano-plaga, y contra la tecnofascinación tecnofascista. Un arte de la plasticidad sensorimotora y la propiocepción, frente a la obsesión humanista con el contenido de una visión fija que enmarca y representa para dominar. Un arte neurodiverso y no-verbal frente a la obsesión humanista con la semiótica de la representación. Un co-sentir neurodiverso frente al consentimiento verbal y los derechos del sujeto racional. Un devenir extático, y una corporalidad superabundante que deshaga los miedos y obsesiones del humano atrofiado y excesivamente autoconsciente.
    3. Desalinearse de toda tecnología empobrecedora de la experiencia que nos alinea en sistemas insostenibles: de Facebook y las redes antisociales e hiperfascistas de control que nos convierten en cuerpos haciendo click en pantallas, de toda interfaz que te reduce a puntos fijos de visión, que te convierte en un cuerpo calculable, que te absorbe en la adicción a medios tóxicos, que te convierte en un repetidor de gestos contagiosos y homogéneos, tecnologías disfrazadas de falsa liberación que en la medida que nos atrofian crean un planeta colapsado, recobrando en su lugar la riqueza del movimiento y la comunicación no verbal, aprendiendo de todos los no-humanos libres. No vale la excusa de que “se puede hacer un uso bueno de la tecnología”. Tampoco basta con ser hacker y “hacer un uso crítico de la tecnología”. El uso provisional de esos medios para difundir el mensaje hacia una desalineamiento gradual es, si acaso, la opción. El/la ontohacker desalinea toda tecnología alineada, abriéndola a la indeterminación.
  3. ¡No Reproducirse! (De momento nada en absoluto y luego mínimamente) hasta llegar a niveles pre-agrícolas: un millón de habitantes, que fue la población del Sapiens durante 300.000 años y hasta hace 10.000 años, con la explosión de la agricultura. Desarrollar sexualidades anti-reproductivas, modos metasexuales, de sexo como mutación y simbiosis colectiva, sensorial, relacional y cognitiva, técnicas de la orgía, micro(a)sexualidades, parentescos poliamorosos y transespecie, contribuir a la reducción radical de la población humana, devenir agentes microsexuales, polinizadores de variación epigenética y mestizaje,  y promoviendo culturas radicalmente no binarias que rechacen cualquier práctica y concepto heredado de la confusión milenaria de sexo con reproducción, desmontando todo dogma heteronormativo de multiplicación surgido desde la agricultura y que nos lleva a la extinción con una delirante superpoblación,
    1. Volver a ser solo una de las 8 millones de especies de la biosfera y contribuir a la biodiversidad, en vez de ser la mitad dominante que esclaviza y destruye al resto, suicidándose con ello.
    2. Aceptar la muerte como parte de la mutación evolutiva, y el sufrimiento (pathos) como parte del devenir simbiótico, ¡pero no el sufrimiento del esclavo!… sino la afirmación dionisíaca de todo lo que acontece, desde la capacidad activa de integrarlo en un proceso cósmico de variación.
  4. Hacerse vegana radical, no consumir productos de origen animal ni de la explotación humana y de la tierra, ni de origen deslocalizado, promoviendo una liberación animal total, liberando a 100.000 millones de animales de los campos de concentración llamados granjas y criminalizando todo uso y abuso de animales. Desmontar también la agricultura y toda explotación de los ecosistemas, hacia una renovación de las culturas de recolectores. También parar la explotación de humanos.
    1. No consumir, ni crear basura: producir y reciclar, aprendiendo de todos les no-humanes libres. Evitar y criminalizar la producción de plástico, y materiales extractivistas que polucionan la Tierra.
    2. Evitar el transporte motorizado, desplazarse lo menos posible en cantidad, evitando medios mecánicos y su violencia sistémica, criminalizando los motores de todo tipo incluidos los eléctricos (que implican un extractivismo agresivo, una polución inasumible y un desplazamiento igualmente agresivo que destruye y coloniza todos los ecosistemas de la tierra) enriqueciendo la experiencia con lo más inmediato, empezando por el propio cuerpo, que es en sí mismo un microcosmos de sensaciones y movimiento, favoreciendo la lentitud y lo cualitativo, recobrando la magia de ver el cielo nocturno y el fuego, en vez del delirio de la electricidad ubicua, habitando (con población mucho menor) en lugares donde no sea preciso un consumo energético masivo.
    3. Parar la industria textil insostenible que perpetúa un desprecio y atrofia del cuerpo. Promover el nudismo global, el cuerpo como sensor.
    4. Evitar toda forma de urbanización, pues esta es fruto de un extractivismo agresivo y crea entornos rígidos que bloquean los flujos terrestres, donde nada se recicla, donde los atrofiados humanos necesitan de energía intensiva para comunicarse, moverse y calentarse (o enfriarse), donde la aglomeraciones intensivas y el transporte ubicuo crean plagas. ¡No construir ni comprar casas nuevas! Desarrollar modos simbióticos de habitar, de arquitectura relacional y dinámica, creada desde el movimiento y en movimiento, aprendiendo de los no-humanos. Desarrollar la capacidad de habitar sin modificar el entorno agresivamente.
    5. Parar el trabajo (humano y no humano), que es explotación, y recobrar la vida como juego, aprendiendo de no humanos y de culturas de recolectoras.
    6. Aceptar la enfermedad y sanar a través del movimiento, en relación a todo malestar físico, mental o emocional, y no de la adicción a fármacos y sistemas técnicos costosos, elitistas y paliativos, (que prolongan la vida de algunos a expensas de reforzar una máquina de matar planetaria); ni del escapismo mediático asociado a fármacos sensoriales y afectivos, tóxicos y adictivos (TV, redes sociales, videojuegos, etc.). Desmontar el higienismo que nos separa e inmuniza. Reconocer y aceptar la enfermedad como parte de nuestra apertura e indeterminación, necesaria para la variación evolutiva, pero entendiendo también qué enfermedades son creadas por el sistema de alineamientos milenarios que debemos desmontar, y también cuantas de las que llamamos enfermedades son solo diversidad: despatologizar la diversidad: la única patología es la dominación que se impone reduciendo la diversidad y crea una extinción en masa.
  5. Activar resistencias sistémicas, redes de ontohackers, indeterminador*s, trabajador*s microsexuales, deslineades… y resistencias activas contra toda reducción sistémica en todo modo y escala, incluida la intervención en políticas institucionales y tradicionales que criminalicen el Holocausto Planetario en todas sus formas, como el peor crimen cósmico posible.

 

[1]   SOBRE LA RELACIÓN CON OTRAS PROPUESTAS:

La propuesta metahumana radicaliza algunas propuestas feministas existentes y recientes, como el llamamiento de Donna Haraway a “¡Crear parentescos, no bebés!” (Haraway 2020), su propuesta de simpoiesis como hacer-con y devenir-con, y sus fabulaciones de “Comunidades de Compost” que regeneran el planeta con nuevos modos de parentesco simbiótico y baja reproducción, asociadas a lugares concretos pero con migrantes y mestizaje, en un mundo postgenérico y posthumanista (o sea post-antropocéntrico, si bien Haraway rechaza actualmente asociarse al posthumanismo).  Ursula K. LeGuin es una pionera de la ciencia-ficción en la fabulación de propuestas similares en muchas de sus novelas, desde La Mano Izquierda de la Oscuridad a El Eterno Regreso a Casa. Si bien en el metahumanismo difiere de la idea de que tecnologías similares vayan a ser usadas o desarrolladas por culturas muy distintas y pongo el foco en el movimiento, la percepción y la inteligencia corporal como sustrato de la simbiosis. Pero la idea de Haraway de alcanzar una población de alrededor de 3 mil millones durante varios cientos de años la encuentro excesivamente blanda: ¡3 mil millones de humanos fue un número alcanzado después de 1950, ya asociado a una relación muy insostenible con el planeta! Para una relación más sostenible es necesario considerar la población que había mucho antes de la industrialización, incluso antes de la agricultura! El modo de vida y la población están relacionados. En ese sentido numerosas teóricas post-estructuralistas, posthumanistas, queer, descoloniales, crip y de otros tipos manifiestan todavía sesgos humanistas, por ejemplo al asumir una separación esencial entre Bios y Zoe, entre una política discursiva y algo que es su “afuera”: el metahumanismo propone superar esta limitación desde una Filosofía Radical del Movimiento.

La propuesta metahumana resuena a la par que difiere de una amplia gama de movimientos y posiciones filosóficas que cuentan como antinatalistas, algunos de ellos quizás demasiado blandos en las reducciones propuestas, como “Population Matters”, otros quizás demasiado radicales y negativos al reclamar una extinción y un suicidio de la especie sin considerar alternativas para una mutación, como el “Movimiento por Extinción Humana Voluntaria” y la “Iglesia de la Eutanasia”. Las posiciones antinatalistas de diferentes tipos incluyen las de Schopenhauer y Malthus, pero también el anarquista español Luis Bulffi, quien escribió el manifiesto “Huelga de Vientres” en 1906. El ecologismo de “Earth First”, los parentescos queer y posthumanos o los movimientos de “no tener hijos por elección” también resuenan con mi propuesta, aunque en general falta una propuesta alternativa y afirmativa para la mutación de la especie, alternativa y opuesta a la que propone el transhumanismo basado en el dominio racional y tecnológico del mundo.

La propuesta metahumana tiene enormes resonancias con la de Patricia MacCormack en el Ahuman Manifesto, pero una diferencia importante es que MacCormack, y otros veganos abolicionistas antinatalistas, quizás incluyendo a Claire Colebrook,  consideran que existe un “ser humano” que es de una cierta manera, con una manera propia de percibir y comunicarse, lo cual implica un eco de esencialismo humanista, y que debe extinguirse sin más para que el planeta vuelva a florecer. En cambio mi propuesta metahumanista implica que el humano dominante, el del humanismo, es una construcción y una particular y anómala mutación tecno-epi-filogenética que se ha basado en un proceso milenario de reducción de la percepción y atrofia radical, de stasis evolutiva, y que lo que hace falta es recobrar la capacidad de mutar en simbiosis, reinventando el cuerpo-movimiento, recobrando la propiocepción y el co-sentir frente a la predominancia milenaria de la visión a la distancia y la semiótica abstracta, ahí estaría la diferencia entre el ahumanismo y el metahumanismo. Es en la cuestión del movimiento y en la filosofía del movimiento donde radica la diferencia.

La propuesta metahumana de liberación animal está en la líneas del veganismo “abolicionista” que se opone a todo uso y abuso animal y que denuncia el antropocentrismo de los movimientos de “derechos animales”, pero el metahumanismo no reconoce ninguna distinción esencialista entre una especie humana y otras no-humanas. Lo que hay es que activar una huelga de especie, dejar de ser “humanos”, mutando a través del movimiento, que es como hemos llegado a donde estamos, atrofiándonos, pero al revés: recobrando y reinventando la IC (Inteligencia Corporal). Esto implica también detener la reproducción y abrazar el veganismo radical, pero no hacia una mera autoextinción, sino que implica una mutación profunda de la sensibilidad, mediante la cual reconocemos nuestro lugar como solo una de las 8 millones de especies en un mundo simbiótico. Mi propuesta antinatalista reconoce la anomalía de la superpoblación humana en los últimos 10.000 años como vinculada a un proceso civilizatorio particular que provoca la extinción en masa actual, una anomalía dentro de un marco geológico mucho más amplio.

La propuesta metahumana se aleja de posiciones transhumanistas veganas como la de David Pearce que propone “reprogramar genéticamente la biosfera” para eliminar el imperativo a la reproducción y para eliminar a los depredadores carnívoros incluidos los animales no humanos. Pearce no comprende que la delirante multiplicación humana, que no tiene parangón en la naturaleza está ligada a su delirante forma de vida, también sin parangón y que esta es el problema que crea un extinción en masa. La evolución es variación indeterminada y todo intento de programarla solo perpetua las fantasías coloniales y euroblancas de dominación que nos llevan a la extinción. Aunque no defiendo la depredación animal no se la puede poner en el mismo nivel que la super-depredación humana, ni de lejos. Son los hábitos del humano dominante los que han de ser cambiados hacia una mutación epi-filogenética más profunda por la que dejemos de imponernos con nuestra excesiva autoconciencia que es fruto de una atrofia vital milenaria.

La propuesta metahumana resuena con algunos aspectos del anarcoprimitivismo o neoludismo, como la denuncia del proceso civilizatorio, la impugnación de la industrialización y la reivindicación de modos de vida no dependientes de esta. Sin embargo se diferencia en que la propuesta metahumanista no reconoce una naturaleza humana, toda naturaleza es solo variación indeterminada, que el proceso civilizatorio ha querido suspender, reducir, paralizar, creando una extinción en masa y un suicidio como especie en un abrir y cerrar de ojos. El metahumanismo invierte la inversión original de valores de la vida surgida con la agricultura (con raíces en el bipedismo), realiza una crítica sin paliativos y una impugnación del proceso civilizatorio y de todo supremacismo humano y mira más allá hacia nuevas mutaciones de la vida. No se trata de ir “contra la tecnología” que sería caer en el error habitual de confundir síntomas con causas: es el tipo de movimiento lo que cuenta. Si eliminamos la tecnología y no cambiamos profundamente la sensibilidad y el movimiento, y con ello los modos de relación, no desharemos el meollo de aquello que lleva al humano a la dominación destructiva, hay que deshacer toda una evolución tecno-epi-filo-genética con nuevas technes vitales: de vivencia (además de supervivencia).

Por ejemplo, en relación con Ted Kacinsky (“Unabomber”) el terrorista e intelectual anti-tecnología que mandó 16 bombas entre 1978 y 1995 a universidades y aerolíneas, el metahumanismo no apoya el terrorismo con bombas, aunque denuncia la hipocresía y el horror practicado por el supremacismo humano asesinando y esclavizando cada a año a 100.000 millones de seres sensibles, si bien dudamos que el terrorismo con bombas sea la manera adecuada de denunciar la aberrante situación. Sí es de admirar en cambio que un universitario excepcionalmente dotado diera la espalda al sistema con claridad visionaria, denunciado el papel de la universidades en el proceso de destrucción, y retirándose a una cabaña sin agua ni luz en el bosque aprendiendo técnicas vitales para ser autosuficiente sin dependencia de la sociedad industrializada. Su manifiesto “La Sociedad Industrial y su Futuro” tiene ideas acertadas en algunos casos resonantes con las metahumanistas, y otras que muestran aun muchos dejes humanistas, creencias en una naturaleza humana, impugnación de la tecnología sin abordar el problema de fondo, negatividad, etc. Todavía hay aquí un eco demasiado humano, del suprematismo humano y dominación masculina no exenta de homo- y transfobia y desprecio por todas las minorías, a las que acusa, junto con todos los movimientos de izquierda, de corrección política conservadora, de encarnar normas antinaturales, y ataca esto con una negatividad e insistencia que parece reflejar las mismas actitudes que critica en la izquierda. Pero es correcto su análisis sin paliativos, de que no se pueden separar los buenos y malos efectos de una tecnología.